La mínimia remuneración que vienen ofreciendo los depósitos en España en los últimos años –el tipo medio ronda el 0,10% desde 2016– ha llevado a los ahorradores conservadores a mostrar un interés creciente por las imposiciones a plazo fijo de los bancos extranjeros. Plataformas como Raisin, a través de la cual se pueden contratar depósitos en Europa, han facilitado el acceso a rentabilidades más atractivas e incluso inalcanzables hoy por hoy en las entidades españolas, como el 1,92% TAE que paga en Chequia el J&T Banka a un plazo de cinco años. En España, lo máximo que se puede conseguir en ese periodo es un 1,25% TAE en Banca Farmafactoring.

A más corto plazo, Wizink abona un 0,85% TAE a 18 meses frente al 0,86% TAE que renta el FimBank en Malta, pero en tan solo tres meses, o el 1,15% TAE que ofrece el BACB de Bulgaria a un año. También es posible obtener un hasta un 0,96% TAE a dos años en Francia, un 0,40% TAE a un año en Austria y un 0,75% TAE a seis meses en Polonia.

Ante estas diferencias, el inversor español ha ido aparcando sus reticencias hacia los productos de ahorro extranjeros y cada vez son más los que se lanzan a contratarlos. No en vano, Raisin ha puesto el foco en el mercado español y su objetivo este año es que del 20% de los nuevos clientes previstos en las plataformas europeas, España tenga el “mayor peso”. La plataforma ha pasado de tener 60.000 clientes el año pasado a más de 100.000 en la actualidad.

Fuente: Cinco Días. Seguir leyendo.