El impuesto sobre el patrimonio se ha batido en retirada en la mayoría de los países desarrollados. Francia, uno de los últimos bastiones que quedaban, ha anunciado su supresión. España será así el único Estado miembro que lo mantendrá si, como ha sucedido en los últimos años, sigue prorrogando anualmente el tributo.

Un informe reciente del Instituto de Economía de Barcelona (IEB) ha destacado las múltiples deficiencias que presenta el impuesto y ha alertado de que es un tributo en el que existe una gran elusión fiscal, especialmente de aquellos contribuyentes con mayores recursos.

Fuente: Cinco Días