La aportación a planes de pensiones tiene una clara ventaja fiscal ya que reduce directamente la base imponible de la declaración de la renta, con un máximo de 8.000 euros anuales. La fiscalidad en el momento del rescate es en cambio más gravosa puesto que la prestación tributa al tipo marginal del contribuyente, muy superior por lo general al de las rentas del ahorro. Así, el rescate del plan de pensiones tributará como mínimo al 19% y al 45% para cuando las rentas superen los 60.000 euros anuales. En 2019, y si terminan por salir adelante los Presupuestos del Gobierno, ese marginal máximo se elevará al 47% para las rentas que excedan de los 130.000 euros.

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